jueves, 16 de abril de 2009

Mucho ayuda el que no estorba... II (trincheras)


"Es absolutamente cierto que hay cristianos atrincherados. Pero creo entender la razón. Si asoman la cabeza los aniquilan, ya sabes... intelectualmente, emocionalmente, espiritualmente" Responde Daniel al post anterior.... Cierto, aún recuerdo "Desde la trinchera" en el "Muy ocasional blog de mi esposa".

Existirá el tiempo en que la trinchera sea una sola y todos los creyentes cristianos (aunque en distinta posición) estemos del mismo lado en contra del único y real enemigo. Mientras tanto creo que no es válido atrincherarse en posiciones falsas; pretextos para disentir de nuestros hermanos en lo más mínimo; posiciones cómodas desde las cuales juzgamos a los demás desde nuestro "extremo"... después de todo es más fácil atacar tomando posición que conciliar buscando acuerdos y solución ¿No es así Samurai?

Trincheras a las que se enfrentó Pedro, como la del “no somos iguales”.

"Ellos son gentiles, nosotros somos judíos. Ellos son incircuncisos, nosotros somos del pueblo de Abraham, Ellos comen cosas impuras, nosotros comemos solo cosas limpias" No somos iguales.

¿Cuántas veces como cristianos hemos evitado a otros porque no somos iguales? Santiago, el hermano de Jesús nos advierte sobre la parcialidad en su carta.

Puedes decir: ¿De qué hablas Perro?¡Yo mismo soy marginado! no menosprecio a los demás... pero ¿No hacemos diferencias en otros aspectos? Alguna vez escuche “Ella tiene demasiado dinero como para acordarse de Dios”.

Otra trinchera es la de “cuidar mi santidad”. Si bien es cierto que debemos cuidar nuestro testimonio y no practicar lo que la gente del mundo hace. También es cierto que somos discípulos de aquél que se junto con publicanos y pecadores, que fue conocido como glotón y fiestero y no porque lo fuera.

El justo equilibrio del cristiano debe ser el que Jesús declaró en el evangelio de Juan: “Están en el mundo pero no son del mundo”.

La trinchera de "cuidar mi santidad", de lo religioso, es la trinchera del “cristiano flojo”. Yo no voy a perder mi tiempo en la gente del mundo y pecadora –dicen-. Pero en realidad su corazón no esta lleno de temor a Dios, sino de temor a descubrirse a si mismos como pecadores. (En una iglesia señalaron que su servidor "perdía tiempo con borrachos"). Dice el dicho no hagas cosas buenas que parezcan malas. Pero el evangelio esta por encima de ese prejuicio porque el fruto hablará por sí.

A veces nos preocupamos tanto de lo que dirán los hermanos de nosotros que descuidamos oportunidades para ministrar a alguien en necesidad.

¿Seguiremos esperando que la gente llegue a nosotros para compartirles sin darnos cuenta que somos nosotros lo que debemos ir?

Jesucristo les había dicho a los discípulos que le serían testigos en Jerusalén en Samaria, en Judea y hasta lo último de la tierra... pero la verdad es que la iglesia en Jerusalén se quedó apapachándose unos a otros.

sigo...

"¿Quién era yo que pudiese estorbar a Dios?"
Pedro al regresar a Jerusalen



Licensed by Copycristian por Miguel Quintero Jr.

2 comentarios:

Isa dijo...

¡Buenísimo y muy cierto el post!
Me encantó eso de perro callejero entrenado para cuidar ovejas, ja,ja, muy bueno.
Regreso,no sé cuando, pero regreso.

El Perro dijo...

Isa:

Gracias por darte la vuelta por acá... regresa cuando quieras.

Un abrazo!