martes, 8 de mayo de 2007

¿Qué hago en el autobus?


Hoy por la mañana, al salir de una reunión pedí un "aventón" y además del favor, recibí algunas cuestiones para pensar y un par de consejos que he escuchado en otras ocasiones:

¿Solamente tienen un auto? ¿No te parece que pierdes mucho tiempo en el autobus? Deberías usar la camioneta de la iglesia, deberías comprarte una motocicleta....

Efectivamente, solamente tenemos un auto y generalmente mi esposa es quien lo maneja, principalmente porque mi oficina queda a escasos 15 metros de mi casa y el trabajo de ella esta al otro lado de la ciudad. Por otro lado, muchas de las visitas las hago en compañía de mi esposa por las tardes en dicho auto.

Definitivamente no creo perder tiempo en el autobus, generalmente aprovecho esas pausas en el día para orar, dibujar, leer, escribir y platicar con otras personas (no necesariamente en ese orden)...

La camioneta de la iglesia es una VAN de 20 plazas con un poderoso motor de 8 cilindros y una tremenda voracidad por la gasolina; no es buena mayordomía ( ni siquiera buen sentido común) el emplear un vehículo de este tipo en el trasporte cotidiano de mi persona.

Una motocicleta es una buena idea, pero (y con ello regreso al principio) al manejar una motocicleta ¿Cómo tendría tiempo para orar, dibujar, leer, escribir y/o platicar?

En un mundo en el que todo mundo corre como si quisera hacer TODO en un solo día corriendo de un lado para otro, puedo disponer de ese tiempo en actividades que me relajan y edifican.

¿Qué mas puedo pedirle a mi Señor?

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3 comentarios:

Fausto Liriano dijo...

Tu sabes que la gente ve las cosas desde su punto de vista. Hay muchos beneficios (si es que tienes tiempo) en ir en autobus, a veces cuando no tengo tiempo para leer (soy un libromaniacodepresivo) me recuerdo las epocas en las que me leia mi libro en la guagua (asi le llamamos aqui a los autobuses). Y nada brotha: por que mas de un auto? Eso seria otra buena pregunta...
bendiciones... te sigo

Gabo dijo...

Yo solía tomar el metro para irme a trabajar, pero desde que me cambié de casa a un vecindario más lejos, he tenido que manejar mi auto durane una hora en la mañana y una en la tarde. Ahora ya no puedo leer, orar, escribir o hablar con la gente como antes y creéme, lo extraño mucho. Creo que tu iglesia es afortunada de tener un pastor como tú que cuida tanto los recursos que se le dan, como el no usar la camioneta si puedes andar en transporte público. Saludos afectuosos!!!

El Perro dijo...

Hey Loco! Tienes que explicarme eso de "libromaniacodepresivo"... Tiempo, todos tenemos (las mismas 24 horas) el punto es como las vivimos...

Gabo querida! Y mira que en la Ciudad de México se podría leer bastante en los embotellamientos (Ja!) En cuanto a si uso o no la camioneta era cosa de "sentido común" que muchas veces es el "menos común de los sentidos"... Abrazos!