lunes, 19 de marzo de 2007

La Vid XI (...vuestro gozo sea cumplido...)


(viene de la Vid X)
Jesús dice: Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido…

Las enseñanzas que Jesús ha dicho sobre permanecer y llevar fruto tienen un propósito, un fin: Que su gozo esté en nosotros y sea completo... Para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa… Para que sean tan felices como yo… Para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea perfecto.

En Gálatas vemos que: "... el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza..." El gozo sucede al amor, el primer resultado del amor es… ¡El gozo! Llevar fruto implica una consecuencia para nuestra vida: El Gozo.

Dice el Salmista: Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas. El fruto, llevar fruto nos lleva a vivir el Gozo de nuestro Señor.

Gozo… ¿Qué significa? ¿Qué es?

Muchas veces empleamos la palabra gozo como sinónimo de alegría, contento, júbilo… risas y sonrisas. Pero ¿Es esto el gozo? ¿Un sentimiento Pasajero?

El Diccionario dice que el gozo es: Sentimiento de complacencia en la posesión, recuerdo o esperanza de bienes o cosas apetecibles. ¿Es esto el gozo? ¿Posesiones, bienes y deleites?

El gozo al que se refiere Jesús no es un sentimiento pasajero, no es una emoción, no es un gesto no es un momento de complacencia o satisfacción…

El gozo es una forma de vivir, una actitud, no de nosotros… sino gracias a la relación que tenemos con el Padre en Jesucristo: El gozo es una alegría plena y permanente como resultado de la vida abundante que tenemos en Cristo Jesús.

Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia… dice Jesús.

Por eso es que nos ha enseñado sobre permanecer en él y sobre el amor. Para que su gozo sea en nosotros. Si "...amar es una entrega voluntaria en bien del otro sin esperar nada a cambio..." entonces uno de los mayores bienes que podemos recibir es el gozo.

La misma alegría plena y permanente que Jesús tiene en su comunión con el Padre y el Espíritu Santo es la que somos llamados a experimentar… muchas veces en medio de la adversidad:

¡Jesús habla de este gozo a unas horas de ser crucificado! Por ello dice la carta a los Hebreos: puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

Pablo en prisión escribió a los Filipenses: Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!

Si hemos sido llamados a una vida abundante, si hemos sido llamados a una vida de gozo, y que ese gozo sea completo ¿Por qué los creyentes nos vemos tantas veces infelices?

No estoy hablando de una sonrisa fingida, mi pregunta es más bien, por qué algunos creyentes no disfrutan la vida en Cristo.

…Para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido… Estas cosas os he hablado.

Jesús nos enseñó el camino al gozo completo, a la plenitud de vida: Permanecer y amar; amar y permanecer.

Cuando permanecemos mostramos total dependencia de Jesucristo, como ya lo hemos visto en el sermón de las bienaventuranzas no es feliz el que tiene o el que necesita sino el que se reconoce inútil para producir su propia felicidad y depende de Dios para ella.

Cuando su amor es en nosotros las cosas dejan de ser una obligación y se convierten en un gozo, en un disfrute permanente.

Jesús dijo: Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido…


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