Ayer en nuestra reunión de los miércoles, mientras todos comentábamos alrededor de un pasaje, surgió esta pregunta, de forma espontánea, inocente, en la voz de alguien que apenas hace un par de reuniones nos acompaña... ¿Cómo habla Dios?
Recordé aquella pregunta que me hizo un hermano en la sierra hace más de seis años: "Cuando ora ¿Cómo ve a Dios?"
¿Cómo se hace presente Dios en nuestra vida? Algunos dirán que única y exclusivamente a través de la Biblia podemos escuchar la voz de Dios (y por ello predicación y estudio bíblico deben estar presentes en todas nuestras actividades), unos más agregarán que nos habla a través de las circunstancias, otros dirán que Dios habla a través de visiones, de sueños... y unos pocos más dirán que ellos le han escuchado personalmente.
¿Por qué vale la pena hacerse esta pregunta? Porque muchos hablamos de lo que Dios nos ha mostrado (nos habla) pero lo que decimos es producto de nuestro intelecto, de nuestra racionalización o sublimación de algun pasaje... y sin embargo nos llenamos la boca con las palabras “Dios me ha dicho”.
Y no es que Dios este callado o que la oración sea un monólogo (como algunos pueden llegar a creer), sino que nosotros escuchamos muy poco o tenemos una especie de TDAH Espiritual. (mucho activismo y mucha distracción pero nada de relación).
Que necesario es que venga alguien con palabras sencillas (para derribar todo pensamiento de altivez) y nos haga reflexionar sobre nuestra relación con Dios, sobre el abrazo del Eterno cuando estamos en su presencia, sobre la forma en que escuchamos su voz...
Recordé aquella pregunta que me hizo un hermano en la sierra hace más de seis años: "Cuando ora ¿Cómo ve a Dios?"
¿Cómo se hace presente Dios en nuestra vida? Algunos dirán que única y exclusivamente a través de la Biblia podemos escuchar la voz de Dios (y por ello predicación y estudio bíblico deben estar presentes en todas nuestras actividades), unos más agregarán que nos habla a través de las circunstancias, otros dirán que Dios habla a través de visiones, de sueños... y unos pocos más dirán que ellos le han escuchado personalmente.
¿Por qué vale la pena hacerse esta pregunta? Porque muchos hablamos de lo que Dios nos ha mostrado (nos habla) pero lo que decimos es producto de nuestro intelecto, de nuestra racionalización o sublimación de algun pasaje... y sin embargo nos llenamos la boca con las palabras “Dios me ha dicho”.
Y no es que Dios este callado o que la oración sea un monólogo (como algunos pueden llegar a creer), sino que nosotros escuchamos muy poco o tenemos una especie de TDAH Espiritual. (mucho activismo y mucha distracción pero nada de relación).
Que necesario es que venga alguien con palabras sencillas (para derribar todo pensamiento de altivez) y nos haga reflexionar sobre nuestra relación con Dios, sobre el abrazo del Eterno cuando estamos en su presencia, sobre la forma en que escuchamos su voz...
180x6: Día a día en el Camino.
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