miércoles, 31 de diciembre de 2008

En él esperaré...


Cada año, las personas vemos una oportunidad de renovación. Una oportunidad de olvidarnos de lo que fuimos el año viejo y hacer propósitos para un año nuevo.

Este año si lo haré, este año si cumpliré, este año lo lograré... nos decimos.

Renovación, todos queremos ser como el ave fénix, como las águilas... como las mariposas. La palabra de Dios dice que no tienes que esperar un año para tener una nueva oportunidad:

"Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré".

El Señor es misericordioso y fiel, somos hijos de aquél que cumple todas sus promesas. Bendijo a Abraham con un hijo cuando todas las posibilidades estaban en contra; Sacó a su pueblo de la esclavitud en Egipto y le llevó a la tierra prometida; Trajo al pueblo de la cautividad y le colmó de gracia para con los gobernantes de ese tiempo; Envió a su hijo Jesucristo y nos dio vida estando muertos en nuestros delitos y pecados.

Él es nuestra porción, nuestra heredad, nuestro todo. La NVI traduce: El Señor es todo lo que tengo.

Somos consumidos cuando esperamos en algo más. Somos consumidos por el afán y la ansiedad cuando ponemos nuestra esperanza en el Dinero; Somos consumidos por el estrés cuando confiamos en nuestro trabajo, negocio o habilidad; incluso, podemos ser consumidos por el abandono cuando toda nuestra esperanza es la gente que nos rodea...

Mi porción es el Señor, en él esperare, debería ser nuestra oración de pacto cada día.

Licensed by Copycristian por Miguel Quintero Jr.

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