Te explico -dijo el "cyborg-pastor" de la iglesia a la que asistía desde hace un par de semanas- Durante los trecientos veinte años que tengo al frente de esta congregación los miembros no se retiran, es más, nuestra matrícula sigue creciendo... ¡Solo necesitamos tu nombre!
Las leyes de la robótica aplican a los androides, no a los cerebros encerrados en un pedazo de chatarra -concluyó.
Se acercó a mi con actitud amenazante, mientras yo buscaba afanosamente mi teletransportador para escapar lo antes posible.
Las leyes de la robótica aplican a los androides, no a los cerebros encerrados en un pedazo de chatarra -concluyó.
Se acercó a mi con actitud amenazante, mientras yo buscaba afanosamente mi teletransportador para escapar lo antes posible.
1 comentario:
Wow! Tétrico... pero muy realista.
Muy buen cuento de perros jeje.
Un abrazo!
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