Comencé a leer desde muy pequeño; leía los letreros en la calle, las listas de ingredientes de las latas, cajas y botellas en la alacena, los libros "motivacionales" de mamá (aunque no entendía "ni jota"), las instrucciones de las hojas de trabajo del Jardín de Niños (si, esas instrucciones que la señorita educadora debería leer en voz alta para todos los alumnos), y la enciclopedia que papá me regaló apenas descubrió mi interés por las letras.
¿Cómo llegó a mis manos ese primer ejemplar de Snoopy y Peanuts? No lo recuerdo; recuerdo que al terminar aquél librito quería más. Asterix y Obelix corrieron sus aventuras delante de mí en cuanto dí con ellos; Mafalda y sus amigos eran mi "pandilla" y cuando en mis libros de primaria descubrí los dibujos de Dzib y Palomo los ensayé buscando imitar sus trazos.
La Biblia entró a nuestra casa junto con "Manantiales en el Desierto" cuando mis padres "se hicieron cristianos". Las historias de la Escuela Bíblica Dominical nos resultaban facinantes, sobre todo las ilustradas en franelogramas. Mientras tanto las enciclopedias y libros se fueron multiplicando en nuestra casa que se volvió un lugar obligado para reunirnos a hacer las "tareas por equipo".
Papá llegó con la colección de clásicos juveniles y bajo el brazo del abuelo Raúl llegó mi primer "comic": Un crossover de Superman Vs. Spiderman... de la mano del tío Jimmy mi primer ejemplar de Rius.
¿Cuántos libros me han acompañado en mi camino? No tantos como los que se escriben día a día (diría Zaid en "Los demasiados libros") pero, cada uno de los que ha llegado a mis manos no se ha ido sin ser leído: De Isaac Asimov a Carlos Spurgeon, de Frank Viola a J.K. Rowling.
Letras y líneas, líneas y letras que me han acompañado a través de mi vida, letras que al principio creía "de cabo a rabo" y que ahora cuestiono, ensayo y escribo...
¿Cómo llegó a mis manos ese primer ejemplar de Snoopy y Peanuts? No lo recuerdo; recuerdo que al terminar aquél librito quería más. Asterix y Obelix corrieron sus aventuras delante de mí en cuanto dí con ellos; Mafalda y sus amigos eran mi "pandilla" y cuando en mis libros de primaria descubrí los dibujos de Dzib y Palomo los ensayé buscando imitar sus trazos.
La Biblia entró a nuestra casa junto con "Manantiales en el Desierto" cuando mis padres "se hicieron cristianos". Las historias de la Escuela Bíblica Dominical nos resultaban facinantes, sobre todo las ilustradas en franelogramas. Mientras tanto las enciclopedias y libros se fueron multiplicando en nuestra casa que se volvió un lugar obligado para reunirnos a hacer las "tareas por equipo".
Papá llegó con la colección de clásicos juveniles y bajo el brazo del abuelo Raúl llegó mi primer "comic": Un crossover de Superman Vs. Spiderman... de la mano del tío Jimmy mi primer ejemplar de Rius.
¿Cuántos libros me han acompañado en mi camino? No tantos como los que se escriben día a día (diría Zaid en "Los demasiados libros") pero, cada uno de los que ha llegado a mis manos no se ha ido sin ser leído: De Isaac Asimov a Carlos Spurgeon, de Frank Viola a J.K. Rowling.
Letras y líneas, líneas y letras que me han acompañado a través de mi vida, letras que al principio creía "de cabo a rabo" y que ahora cuestiono, ensayo y escribo...
"Letras, átomos de las palabras de esos universos que llamamos libros... me acerco a ellas irreverentemente respetuoso... y las cuestiono"
por Miguel Quintero Jr.
1 comentario:
Me EnCaNtA lEerTe :)
Publicar un comentario