No era fácil ser pastor profesional... no tener el tiempo necesario para orar, leer, meditar y estudiar la biblia por ocuparte en asuntos administrativos; sentir todos los ojos puestos en tí y en lo que haces ; tener la carga social de comportarte como se espera de una persona espiritual; cargar con la obligación de tener todas las respuestas para aquellos que vienen a buscarlas; ser recibido como invitado y no como amigo en los eventos de tantas personas y familias; creer que sabes lo que pasa en la iglesia aunque no tienes la menor idea; ser el confidente obligatorio aunque no existiera la confianza; ser un dispensador de sacramentos que muchos veían como fetiches al no poder acceder a ellos; cobrar por hacer lo que debía de acuerdo a los dones y talentos recibidos.180x6: Día a día en el Camino.
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