La mayoría de las personas, estamos acostumbrados a las "etiquetas", nos gusta clasificar, señalar e identificar a otros. En otras ocasiones nos gusta ser reconocidos, señalados y que se nos identifique siempre y cuando esa "identidad" sea aceptable (Quizá por eso, también nos gustan los "títulos": Ingeniero, Licenciado, Doctor, Reverendo...).
Entre todos los títulos o etiquetas que pueda recibir una persona; Hermano es la “etiqueta” con la que aún nos clasificamos e identificamos unos a otros los cristianos.
No existe un nombre tan popular como éste para usar los domingos por la mañana. Si bien, algunos lo ocultan durante toda la semana en lo mas profundo del ropero y lo sacan solo los domingos para cargarlo junto con su Biblia.
¡Buenos días Hermano! ¿Cómo esta usted hoy hermano? ¡Dios le bendiga Hermano! Los domingos por la mañana disparamos el “hermano” (o hermana, por aquello de la equidad de genero) a diestra y siniestra, sin embargo tristemente, no consideremos el significado de esta palabra.
Es más, muchas veces nos llamamos hermanos precisamente porque no vivimos como tales; como si al llamarnos unos a otros hermanos se creara mágicamente una relación.
Sin embargo, Jesús tenía algo distinto en mente cuando dejó este planeta. El dijo:
Entre todos los títulos o etiquetas que pueda recibir una persona; Hermano es la “etiqueta” con la que aún nos clasificamos e identificamos unos a otros los cristianos.
No existe un nombre tan popular como éste para usar los domingos por la mañana. Si bien, algunos lo ocultan durante toda la semana en lo mas profundo del ropero y lo sacan solo los domingos para cargarlo junto con su Biblia.
¡Buenos días Hermano! ¿Cómo esta usted hoy hermano? ¡Dios le bendiga Hermano! Los domingos por la mañana disparamos el “hermano” (o hermana, por aquello de la equidad de genero) a diestra y siniestra, sin embargo tristemente, no consideremos el significado de esta palabra.
Es más, muchas veces nos llamamos hermanos precisamente porque no vivimos como tales; como si al llamarnos unos a otros hermanos se creara mágicamente una relación.
Sin embargo, Jesús tenía algo distinto en mente cuando dejó este planeta. El dijo:
"Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros".
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