Jesús continúa diciendo: Todo pámpano que en mi no lleva fruto… las palabras claves son: “En mi” El fruto que Dios busca no es el más “colorido”, el fruto que Dios desea no es el “más grande”, el fruto que Dios espera es el que se produce cuando estamos en Jesús.
Miles de años atrás un hombre y una mujer tuvieron la oportunidad de elegir un fruto de entre muchos en un huerto y de en medio del huerto pudieron elegir de dos árboles: El árbol de Vida (prefigura de Jesús) y el árbol de la ciencia del bien y del mal… y eligieron (y elegimos) el que “era bueno para comer, y que era agradable a los ojos y… codiciable para alcanzar la sabiduría”
El árbol de Vida estaba también en medio del huerto y ese fruto es el que Dios desea que nosotros tengamos. Pero como dice Isaías: “¡No hay parecer en él, ni hermosura! le veremos, más sin atractivo para que le deseemos”.
El fruto que Dios desea no es el que producimos o amontonamos nosotros con nuestros hacer y quehacer; es el que se produce cuando estamos arraigados en Jesús.
Los que no dan el fruto que Dios espera es porque deliberadamente decidieron no arraigar su vida en Jesucristo la vid verdadera; los que no llevan fruto es porque no tienen la vida... están muertos.
Jesús dijo:“Todo pámpano que en mi no lleva fruto…”
2 comentarios:
Esta hermosa la "serie" mi hermano.
Estas destilando sabiduria ¿Te habre de llamar Eliú?
Por cierto, que buscando al joven -y unico- que habla sabiduria ante Job, descubrí que su nombre significa "Dios es Dios"... da igual lo que uno profundice en la Palabra... siempre hay más, ¿verdad?
Un abrazo fraterno
Jaaziel, la sabiduría la da Dios a través de mis hermanos con los que estoy conversando cada día sobre este pasaje... ¡Gracias a Dios por los "Pastores maestros"! pero... en este caso soy uno más en la edificación mutua de la iglesia.
¡Que todos busquemos ser un Eliú!
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