Tarde o temprano el cristiano se encontrará con esta pregunta, sin embargo, esta pregunta no la enfrentará el cristiano tibio, el carnal, el que se apacienta a si mismo, el cristiano de banca, el que busca su propio beneficio... esta pregunta la enfrentan aquellos que trabajan por el Reino.
Los que preguntan "¿Con qué autoridad haces estas cosas?" saben la respuesta pero la temen; Los que hicieron esta pregunta a Jesús, temían la respuesta pues sabían que si Dios estaba con Jesús... entonces no estaba con ellos. ¿No es esa la razón por la que Saúl perseguió a David?
Jesús tenía y tiene autoridad en si mismo, pues es Dios, sin embargo la gente que le seguía pudo ver su autoridad no porque la tuviera “por derecho” sino porque haciendo la voluntad de Dios mostraba quién le autorizaba: aquél a quién servia.
Por ello Jesús narra la parábola de la viña, es la historia de todos aquellos que teniendo la oportunidad de trabajar para llevar fruto en el Reino, pretendieron apoderarse del mismo, constituirse en “dueños y señores”, buscar su propia gloria, y como la gente en Babel , "hacerse un nombre en la tierra".
El resultado es claro: aquellos que dejaron de servir al Señor se llenaron de temor por la gente de la cual se “enseñoreaban” pensaron y dijeron entre ellos ¿Y si decimos, de los hombres...? Y temían al pueblo... Y cuando procuraron apresar a Jesus por aquella parábola; temieron a la multitud...
Los profetas del Señor no buscaron expresar un falso consuelo al pueblo y proclamando la voluntad de Dios, fueron perseguidos. ¿Has encontrado este tipo de oposición? Alguna vez te preguntaron:
¿Con qué autoridad haces estas cosas?
Los que preguntan "¿Con qué autoridad haces estas cosas?" saben la respuesta pero la temen; Los que hicieron esta pregunta a Jesús, temían la respuesta pues sabían que si Dios estaba con Jesús... entonces no estaba con ellos. ¿No es esa la razón por la que Saúl perseguió a David?
Jesús tenía y tiene autoridad en si mismo, pues es Dios, sin embargo la gente que le seguía pudo ver su autoridad no porque la tuviera “por derecho” sino porque haciendo la voluntad de Dios mostraba quién le autorizaba: aquél a quién servia.
Por ello Jesús narra la parábola de la viña, es la historia de todos aquellos que teniendo la oportunidad de trabajar para llevar fruto en el Reino, pretendieron apoderarse del mismo, constituirse en “dueños y señores”, buscar su propia gloria, y como la gente en Babel , "hacerse un nombre en la tierra".
El resultado es claro: aquellos que dejaron de servir al Señor se llenaron de temor por la gente de la cual se “enseñoreaban” pensaron y dijeron entre ellos ¿Y si decimos, de los hombres...? Y temían al pueblo... Y cuando procuraron apresar a Jesus por aquella parábola; temieron a la multitud...
Los profetas del Señor no buscaron expresar un falso consuelo al pueblo y proclamando la voluntad de Dios, fueron perseguidos. ¿Has encontrado este tipo de oposición? Alguna vez te preguntaron:
¿Con qué autoridad haces estas cosas?
"...Jesús, les dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas. Entonces comenzó Jesús a decirles por parábolas..."
Del Evangelio de Marcos.
1 comentario:
Uf Brother!!!
He sido golpeado con esa frase y juzgado...
Saludos...
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