jueves, 15 de abril de 2010

04- Descansando en tí...


En unos 30 minutos más saldré de casa para ir a un comedor para "gente en situación de calle" (es el eufemismo para "indigentes" que usa la asociación que lo maneja). No, no voy porque estoy desempleado y voy a comer ahí (todavía), voy porque estoy colaborando desde hace tiempo en ese lugar ofreciendo consejería y orientación familiar.

En el tiempo que llevo colaborando en ese lugar, he aprendido preciosas lecciones de vida. Entre los necesitados, muchas veces, se puede apreciar mejor la solidaridad, esperanza, sinceridad, empatía, protección, las alegrías, las lágrimas y el amor (quizá porque no tienen nada que perder al mostrarse como son).

Recuerdo las lágrimas (incluso llanto abierto) de algunos aquella vez que compartí en la reunión con ellos una meditación y como algunos de ellos se acercaron a decirme que ellos necesitaban confiar en Dios de esa manera, Y yo pensaba: ¡Yo necesito confiar en Dios de esa manera!

Hoy, cuando la inquietud me asalta, no quiero seguirle el juego. Quiero confiar en nuestro Señor Jesucristo, quiero ir a él, beber de él, descansar en él.

Quiero ser un indigente que alarga su mano para acogerse a la gracia y amor de Dios aún sin merecer nada. Y confiar en que Él proveerá cada día...

"¡y no queréis venir a mi para tener vida!"
Jesucristo
a los que escudriñando,
buscaban vida en la escritura.



180x6: Día a día de la vida fuera de la iglesia institucional.

Licensed by Copycristian por Miguel Quintero

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