"Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado."
Jesús
La semana pasada, a manera de introducción en nuestra reunión hablabamos de como Jesús se identifica como la vid verdadera, dejando la posibilidad de que haya otras "vides". También hablamos del Padre como el labrador de la vid verdadera, Él es quien limpia, quien labra, quien corta...
Esta semana, mientras compartíamos como el Padre esta limpiando nuestras vidas, hablamos de como estaba tratando con nuestras vidas... disciplina.
Cuando el Padre limpia nuestras vidas para que lleven fruto tiene entre sus manos esta herramienta llamada disciplina.
Disciplina es una palabra difícil de mencionar y sin embargo, Dios trata con nosotros de esta forma cotidianamente (si somos sus hijos) y es una acción que lleva fruto: "Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados" -dice la carta a los Hebreos.
No nos referimos con disciplina a ese "juicio de quema de brujas" que se organiza en algunas congregaciones para evidenciar el pecado que humanamente se considera "grave"... sino a ese tratar de Dios con nuestras vidas, en amor, perfeccionándonos día a día.
Esta semana, mientras compartíamos como el Padre esta limpiando nuestras vidas, hablamos de como estaba tratando con nuestras vidas... disciplina.
Cuando el Padre limpia nuestras vidas para que lleven fruto tiene entre sus manos esta herramienta llamada disciplina.
Disciplina es una palabra difícil de mencionar y sin embargo, Dios trata con nosotros de esta forma cotidianamente (si somos sus hijos) y es una acción que lleva fruto: "Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados" -dice la carta a los Hebreos.
No nos referimos con disciplina a ese "juicio de quema de brujas" que se organiza en algunas congregaciones para evidenciar el pecado que humanamente se considera "grave"... sino a ese tratar de Dios con nuestras vidas, en amor, perfeccionándonos día a día.
180x6: Día a día en el Camino.
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