Así se titula un artículo publicado en el sitio "Literatura Bautista", que hace unos días me envió un amigo para ver que pensaba sobre el mismo. Lo primero que puedo decir es que entiendo la preocupación del autor de dicho artículo, todos experimentamos cierto recelo ante lo desconocido; sin embargo, creo que el argumento que utiliza para defender el "statu quo" de la iglesia es bastante circular:
"En su celo por ser bíblico[sic], algunos prohiben prácticas y provisiones que no están nombradas en la Biblia... Si tenemos que negarnos de todo lo que no se encuentra en la Biblia, estaríamos sin mucho que ha llegado a ser común en nuestra vida. Algunos ejemplos son: la escuela dominical, un púlpito, himnarios libros, bancos, una Biblia personal, grabaciones de mensajes y música"
"En su celo por ser bíblico[sic], algunos prohiben prácticas y provisiones que no están nombradas en la Biblia... Si tenemos que negarnos de todo lo que no se encuentra en la Biblia, estaríamos sin mucho que ha llegado a ser común en nuestra vida. Algunos ejemplos son: la escuela dominical, un púlpito, himnarios libros, bancos, una Biblia personal, grabaciones de mensajes y música"
Y la pregunta sería ¿Quién dice que todo lo anterior es indispensable para la vida de la iglesia?
180x6: Día a día en el Camino.
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