viernes, 25 de junio de 2010

69- ¿Qué de los pobres? I (el reino)


"Felices y dichosos los pobres, pues de ustedes es el reino..."
Jesucristo (como solía enseñar)

Continuando con la conversación que comenzó aquí (click) y siguió acá (click). La siguiente cuestión a responder sería: ¿Qué hay de los pobres (no espirituales), qué de los leprosos, los marginados, los oprimidos, los traidores, a los que Jesús convoca e incluye incesantemente en [el] reino? Jesús el que nos ama incondicionalmente ¿Nos pone condiciones para recibir su mensaje de fe y vida?

Ese sermón en la montaña -según Mateo- que Lucas ubica en el llano, es finalmente una enseñanza que Jesucristo solía compartir. En estas palabras Él no promete el reino, sino afirma que es de los pobres.

"Sereis saciados, reiréis, recibirán la tierra, alcanzarán, verán, serán llamados" Contrasta con las palabras "de los pobres es el reino; de los perseguidos y vituperados es el reino"

¿Qué de los pobres? ¿Jesús nos pone condiciones para recibir su mensaje de fe y vida? una parábola del reino nos responde cuales son las condiciones de Jesucristo para recibir el reino: La historia de los dos hermanos, que nosotros conocemos como "El hijo pródigo".

Hasta hace un par meses yo veía en esta historia una enseñanza sobre nuestra actitud al recibir el reino: El hijo que se queda con el padre vive como siervo al grado de no disfrutar de lo que es suyo por "derecho", el hijo que se va reconoce que no tiene nada fuera de su padre y regresa dispuesto a ser su siervo. Cuando te reconoces como siervo, estas preparado para ser recibido como hijo -era mi conclusión.

En una de las reuniones que tenemos (la de los domingos) conversábamos sobre esta historia cuando juntos comenzamos a ver algo que antes habiamos pasado por alto: "...cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre..."

El padre fue movido a misericordia... No por su apariencia (el hijo estaba lejos como para distinguir su apariencia), ni por su actitud (el hijo no había dicho aún nada)... el padre fue movido a misericordia cuando le vió. Todo lo que el hijo hizo para ser recibido por el padre es volverse a él. El padre que esperaba al hijo no se preguntó si vendría arrepentido cuando le vió. Ese es el amor incondicional con el que Jesucristo nos incluye y llama al reino. Cuando conversábamos sobre esto en la reunión no pudimos evitar las lágrimas agradeciendo el amor incondicional del Padre.

Como dije antes "No somos felices los pobres por el hecho de serlo, sino porque reconocemos que lo que somos" y nos volvemos al Padre. Esta es -si puede llamarse así- la "condición" para recibir el reino.

Ahora bien, ¿Qué de los pobres en la misión de la iglesia? trataré de responder más adelante en "¿Qué de los pobres? II (la tierra)"

180x6: Día a día en el Camino.

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