"Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús"
Pablo a los Filipenses
Pablo era un hombre de oración, que enseñaba a otros a vivir en oración. A través de estas palabras escritas a la iglesia en Filipos nos invita a no vivir afanados, sino a vivir en una constante relación con Dios que les lleve a depender totalmente de él.
Si hay algo que puede ayudar a sostener a la iglesia es la oración. Algunos han llegado a llamar a la reunión de oración “el corazón de la iglesia” (aunque la oración no tiene por que ejercerse solo en "una reunión").
La oración sostiene y edifica a la iglesia porque nos ayuda a depender de Dios, de manera que al emprender cualquier tarea no consideramos nuestras fuerzas, sino las de él.
La oración nos permite no solamente pedir, sino escuchar, entrar en la sintonía de Dios para descubrir su voluntad y unirnos a su obra.
Los monjes benedictinos tienen una frase en latín: “ora et labora” que quiere decir: ora y trabaja... algunos queremos trabajar sin orar... otros espiritualoides quieren orar y no trabajar... Pablo con su vida nos mostró que era necesario orar... y trabajar.
¿Qué estas haciendo para edificar la iglesia? ¿Por qué no pruebas: afirmarte en el Señor y afirmar a otros, ser de un mismo sentir experimentando la verdadera comunión, tener un verdadero testimonio... Permanecer en oración?
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