
Jesús trasladó el énfasis de la santidad de Dios (exclusiva) a la misericordia de Dios (inclusiva). En vez del mensaje "no se aceptan los indeseables", proclamó: "en el Reino de Dios no hay indeseables."
La respuesta de Jesús a los que sufren y a los "don nadies" nos permite vislumbrar el corazón de Dios. Dios no es el Absoluto impertérrito, sino el que nos ama y nos atrae hacia sí. Dios me mira con todas mis debilidades, como Jesús miró a... Simón Pedro que lo ofendió y a pesar de esto le encargó fundar y dirigir a su Iglesia; una comunidad que siempre necesita tener un lugar para los rechazados."
180x6: Día a día en el Camino.
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